CAFÉ

Una incertidumbre en la mente, una imagen fija en la mirada,
tristeza en el corazón. Un paso siguió al otro y comienzo a transitar
por calle Gante.

Tarde húmeda y llena de recuerdos que se niegan a desaparecer,
flotan cuál fantasmas, atormentadome y susurrando tu nombre.
El cielo llora suavemente y yo intento encontrar tu rostro,
en esas miradas fugitivas, que beben café, y de vez en vez, 
un sorbo de licor.

Un olor a tabaco me envuelve. Es el humo de esos seres ausentes
que parecen reírse de mi soledad, de mi vacio. De vez en cuando
devuelvo una débil  mirada, cargada de ambición.
Intento preguntarle a uno de ellos, si conoce la felicidad, más
las palabras se ahogan en mi garganta. Y el recuerdo lastima
una vez mas mi ser.

Sólo setenta y dos horas y la herida se abre aún mas.
Extraviado, recorro estas calles que me han borrado completamente.
Imagino una taza de café, esperando recibir el primer trago.
Imagino un Marlboro esperando por ti.
Tu mar azul.
Claras olas satinadas, esperando impacientes,
ser remontadas una vez más.

La luz se ha ido. Aguarda en silencio un nuevo amanecer.
El silencio de tu sonrisa, y mis manos vacias.

Ya no estás más.


INTERNAH

TRANSICIÓN

Si tuviera un instante para arrancar el dulce sabor de tus labios,
un breve instante para recorrer las calles al amanecer,
y ver como el cielo se abre a cada paso que doy.


Si tan sólo pudiese recordar el roce de la hierba sobre mis muslos,
el aroma que desprenden las flores al atardecer;
y ese leve sopor al anochecer, al beber un suave whisky.


Quisiera sentir una vez mas la fresca lluvia, humedeciendo mi rostro,
y el sentimento de paz que despertaba en mi.
Navegar en etéreos sueños hechos de humo,
en fantásticos barcos de vapor, deslizándose
a través de tormentas construidas con sentimientos de esperanza.


Quisiera ser noble una vez más,  un instante, un sólo instante,
para construir aquello que la necedad logro destruir.
Desearía no haber recorrido jamás ese camino llamado amor.


Quisiera atrapar nuevamente el recuerdo del viento tocando mi ser.
Sentir un beso sincero en mis labios, sin esperar nada a cambio.
Desearía sentir la limpieza de tu rostro, tocando mi alma, y
pidiendome habitarla.


Donde quedaron las promesas de arboles con sombras enormes,
cobijando en el ardiente atardecer, bajo el sol.


El viento se ha ido, y me quede atrapando recuerdos en una lejana montaña,
apartado de toda humanidad . La confusión lleno mi vida
una vez más, y me dejo desnudo en la fría e inerte madrugada.
Tus palabras destrozaron mis sentidos y me quede ausente
en la pálida noche, intentando entender el peso de tus palabras.

En una voraz habitación mi faz palidece ante la tormenta que se avecina.
Observo el cielo razo que no es si no un incontenible amanecer que me
recuerda que tan quemante puede ser la luz matinal, cuando la noche
se ha escapado a traves del umbral de la puerta. Y un presente
amargo avanza incontenible, devorando mis suplicas, que yacen
inmóviles en esta atemorizante soledad.

Intento explicar mis actos, pero mis pies se han extraviado.
Mis huellas se han difuminado y mis pasos van desvaneciendose
con cada minuto que marca el reloj.

Avanzo hacia el horizonte, falto de toda visión,
con una humedad recorriendo cada parte de mi cuerpo,
con la única esperanza de ver una sonrisa tuya
dibujando mi amanecer.

Permanece aún.

INTERNHA
 
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